Por, Roberto E. Galbarini.
Cierre de temporada en el Limay medio, más precisamente en la desembocadura al lago del Chocón. Cuatro días a pura pesca, mosqueando entre amigos.
Este tramo de la temporada es muy especial porque si bien las grandes truchas pueden darse en cualquier momento, los últimos días de la temporada son clave ya que los grandes reproductores se encuentran remontando el rio desde el lago, peregrinando rumbo a los lugares elegidos para la reproducción.
Luego de varios intentos en los diferentes sectores del rio, fuimos dando con las técnicas y moscas apropiadas, poco a poco con el correr del agua fueron sucediéndose los piques y uno tras otro fueron apareciendo los tan preciados tesoros del Limay; Que increíbles peces guarda este inmenso curso de agua para quienes saben perseverar, la clave es siempre la misma, estar dispuesto a disfrutar de estar pescando, simplemente el hecho de tener la oportunidad de estar ahí contemplando la grandeza de la creación, el resto llega solo y si no llega al menos seguramente la hemos pasado muy bien. Demás está decir que siempre es bueno estar bien preparado, las técnicas y equipos que se emplean en este tipo de pesca, son fáciles de dominar, luego de muchas horas de practica y sabiendo tener cada parte del equipo bien balanceado. Los pescadores que visitan este tramo del Limay saben que los trofeos pueden aparecer de un momento a otro, es por eso que se preparan todo el año para este encuentro.
El equipo que se emplea regularmente es una vara de acción media rápida o rápida en número ocho, con un reel large arbor y un extra spool, siempre la constante es de shooting acompañado de amnesia de 20 libras, algunos la usan más fina pero hay que dominar bien la técnica de lazos en la boca ya que los vadeos suelen ser profundos, un spool con hundimiento fast (4 al 7) puede ser ideal pero en ocasiones hay ciertos pozos muy profundos a los que conviene abarcar con un T14, otros llegan a usar T18 recortados para balancear grains y esto los lleva a practicar un tipo de cast modificado al que no conviene sobrevolarlo, más bien un tiro de levante y tendido. Los leaders pueden ser en dos o tres tramos de nylon, Súper Raiglon, con cobertura de fluorocarbono es más resistente y hunde más rápido además de mantenerse mejor camuflados a los ojos de las astutas truchas; pueden ser otras marcas o inclusive fluorocarbono al 100%. Un butt del 50, una progresión del 40 y un tippet del 33 es lo más empleado, el total un metro cincuenta a dos metros máximo, dependiendo de las moscas y sectores. Las moscas en su mayoría son streamers en tráiler o tándem, también sobre anzuelo simple o en tubo, mucho de la selección de la mosca va en los momentos del día, claridad u oscuridad, contrastes y también en que tan lejos se quiere llegar con ella, por lo tanto el diseño de cada mosca debe ser muy bien pensado, los materiales no deben sobrar, todo carga agua y agrega peso, también suelen andar bien las estilo Bitch Creek, ninfas atractoras bien grandes, en anzuelos 2/4 y 6, muchas patas de goma, poco hackle, algo de lastre en la punta, nudo suelto y un buen mix de swing y punteo, logrando que la mosca venga saltando mientras deriva para darle acción a sus patas, eso suele detonar en las truchas, las ganas de atacar. Capítulo aparte, para quien guste de un rato de pescar con moscas secas, siguen activas las eclosiones y tanto pejes, arcos y marrones siguen alimentándose en superficie a un buen ritmo. Es importante asegurarse de que el wader no tenga pinchaduras o filtraciones, hace mucho frio durante todo el día, sobre todo en el agua, varias capas de ropa de abrigo debajo del wader no están demás, siempre y cuando no se mojen.
Los fríos característicos del cierre de temporada parecen no acobardar a los pescadores que en más de una ocasión encuentran sus trajes, botas y equipos, congelados con cada nuevo amanecer.
Las jornadas de pesca suelen ser similares, siempre la variante es el factor clima, pero eso se arregla con más o menos ropa, también el viento puede ser regular o modo imposible, para esto también se puede encarar la jornada viendo de qué lado del rio conviene pescar, según de donde venga el viento. ¡Una vianda en la mochila o en la embarcación, se almuerza ligerito y se sigue pescando, la verdadera alimentación llega en la noche, para reponer energías y levantar calorías!
Luego del desayuno decidimos salir temprano a un pozón cercano al que pablo en días anteriores le había visto algunas truchas de buen porte. Los primeros intentos los hicimos a las 11 de la mañana y ya para las 18 hs. y luego de varias pasadas todos tuvimos nuestras chances, algunos hemos conseguido dar con la pesca que buscábamos el primer día y otros el ultimo, pero así, estando varios días en el rio, cada uno tuvo su momento de conexión con estas magnificas criaturas. Alegrías y festejos entre amigos que año tras año se reúnen tras de un mismo sueño. Plumas y escamas, fogones y versos.
¡Hasta la próxima temporada amigos!