Demo de atado y pesca en Salta.

Habían pasado ya algo más de cuatro meses de estar organizando lo que sería un evento de atado muy interesante, ya habíamos tenido la oportunidad de participar casi para la misma fecha, pero dos años atrás de otro evento muy similar, en el mismo lugar y con la invitación de la misma gente, Gustavo Marconi Fly Shop.

Día Viernes 28 de Septiembre de 2018, salimos temprano de Ezeiza llegando a la hermosa ciudad de Salta a primera hora, aprovechamos para hacer un poco de paseo y luego a trabajar lo que restaba del día con los preparativos para que el evento saliera como lo habíamos planificado, por la tarde llegaba nuestro compañero disertante Jorge Ureta y al rato nomas salimos a buscar al cuarto integrante que todavía se encontraba esperando su vuelo en Aeroparque, luego de una larga espera llego Ariel Najle contándonos que su vuelo se había demorado por unos desperfectos técnicos anunciados antes del despegue.

El día Sábado comenzamos muy temprano en el gran Hotel Presidente, que dicho sea de paso nos atendieron de maravilla durante nuestros días de visita. Ya estaba todo listo para dar incio a la clínica de atado que tendría una duración de no menos de 8 horas, con un descanso entre medio de 3 horas, para almuerzo y siesta para quienes así lo desearan. Era ya el horario de inicio y empezaron a llegar los atadores participantes, poco a poco se completaron las 6 mesas redondas, llenas de herramientas, materiales de atado y muchas de ganas de aprender todo lo que les habíamos preparado para tal encuentro. Así se fueron sucediendo las horas y mosca tras mosca todos pasamos un gran día, hubo premios al por mayor, muchos nuevos conceptos aprendidos, presentaciones de nuevos productos Feathers & Flies, nuevas herramientas Purofly y lo más importante muchas caras que reflejaban la alegría de haber compartido su tiempo con el nuestro, muchas gracias a todos los que nos han visitado.

Los planes para el domingo fueron bien claros, juntarnos en un predio abierto con una vista única de la cordillera salteña, para dar prueba a una gran variedad de varas TFO, armamos todas las cañas, un gacebo para el reparo del sol, empanadas salteñas hechas por Gustavo y una buena cantidad de refrescos, había sido un día de esos sin nubes y una temperatura bastante elevada. El circuito de casteo fue muy ordenado, todos pudieron probar las cañas y aprender también algo más sobre esa actividad tan placentera que es mover un equipo de pesca con mosca de manera correcta. Siempre se puede aprender un poco más, por más experto que uno crea ser, por eso es muy aconsejable dedicarle todo el tiempo que puedan a la práctica del casteo y si es en compañía de otros mosqueros, mucho mejor, de esa manera podrán corregirse, grabarse y poco a poco ir sumando nuevas herramientas técnicas para poder acercar la mosca al pez de la manera más apropiada.

El resto del día domingo y el lunes completo lo dedicamos a descansar y también a preparar todo lo necesario para pasar 4 días de campamento y pesca en la yunga salteña.

El martes a la madrugada nos pasa a buscar Ricardo Bordon, un buen pescador y mejor amigo que nos acompañó y ayudó en la aventura. Cargamos algunas cosas de pesca y de ahí directo a la casa de Gustavo para terminar de cargar todo en los dos vehículos que nos adentrarían en los pesqueros de Rio Dorado. Luego de dos horas de ruta y un largo rato más de pasar muchas tranqueras llegamos a destino. Mientras Gustavo preparaba todo el campamento para que nada nos hiciera falta nosotros armamos rápidamente los equipos y nos vestimos apropiadamente para la ocasión, repelente verde, crema de preparado específico para evitar los tan abundantes polvorines y garrapatas, calzas y remera de mangas largas, guantes, medias de neopreno altas, cuellos tubulares de lycra, gorra y anteojos polarizados, todo fue indispensable para encarar la pesca de manera correcta.

Luego de pasar medio monte cuesta abajo llegábamos por primera vez al tan famoso Rio Dorado. Qué maravilla para los ojos, tantas correderas de aguas claras sucedidas una tras otra, runs, colas de pozos, socavones, pozos lentos, piedras bochas gigantes, boulders, etc..El rio perfecto para la pesca con mosca. Ahí nomás pudimos darnos cuenta que al rio le estaban haciendo falta unas lluvias, de todas formas, intentamos con nuestras decenas de moscas, combinaciones de leaders, diferentes técnicas de presentación, aguas arriba, aguas abajo, derivas, stripeos lentos, rápidos, nulos, etc. Salimos río arriba, luego de caminar toda la tarde llegamos a un muy lindo pozo al que le caían tres chorros de agua, allí Vicky tubo varios piques, pero todos tan tímidos que ninguno mordió el anzuelo, inclusive uno de buen tamaño que persiguió la zonker para darle una tanteada con la nariz y luego pegarse la vuelta. Ese primer día Ariel había capturado uno de pequeño porte al que no fotografiamos pensando que era solo el comienzo, Vicky y yo habíamos tenido solo algunos piques, todos furtivos y veloces.

Llegamos por la tarde noche al campamento y Gustavo nos esperaba con una suculenta cena, pastas con pollo en su salsa, uff, terribles, algo de tomar, atado de moscas, charlas, risas y a dormir, a recuperar energías para el próximo día que se presentaría de jornada completa.

Nuestro segundo día arrancaría aguas abajo, apurando el paso para llegar a un punto determinado que resultaba ser conocido por sus capturas, en toda la bajada no logramos pique alguno. Llegados a ESE pozo, tomamos todo nuestro tiempo para encararlo muy suavemente, de lejos primero, diferentes moscas, luego de cerca, luego con moscas que nunca pudiesen haber visto y nos dio la hora por la espalda, había que ir retornando.

Lamentablemente en todo el camino de regreso tampoco logramos capturas, solo algún pique nuevamente veloz y furtivo, muy asustados. Tanto el primer día como el segundo notamos una interminable cantidad de fogones a la vera del rio, cartones de vino y algunos restos de basura, pareció no ser el tramo indicado de rio para pescar y llevar a cabo una buena nota que le hiciera justicia a tan maravilloso cauce. Entendimos claramente que los dorados no son nada tontos y remontan aguas arriba, a campos privado en donde realmente no llega nadie a molestarlos, o al menos solo llegan los que pueden pagar por su acceso. El rio en la zona que nosotros visitamos estaba casi desierto. Al regresar habíamos cruzado algunos cuantos pescadores que estaban visitando el lugar y también habían armado campamento junto a sus vehículos a la vera de río, al pie de donde comenzaría nuestra pesca el tercer día. Un tanto desanimados por imaginar la desventaja que podríamos experimentar en la siguiente jornada es que decidimos cortar la pesca rápidamente.

Esa tarde llegamos un tanto agitados y hambrientos para encontrarnos con Gustavo nuevamente en el campamento, esta vez nos esperaba con una gran sorpresa, un excelente asado, que rico, que bien preparado, cuanta dedicación, realmente nos atendió de diez. Nuevamente algo de tomar, charla, idas y vueltas sobre lo acontecido en nuestra segunda jornada y un volantazo importante para nuestros planes principales de pesca; decidimos dormir para cargar energías y levantarnos bien temprano al día siguiente para desarmar campamento y dirigirnos al tramo que corresponde a la salida de agua del dique El Tunal.

Es importante mencionar que los cambios de clima bruscos no le hacen bien a ningún pesquero y así nos había sucedido, la temperatura del rio había pasado de casi más de 25 grados a casi 11 en cuestión de horas, todo justo el día anterior a nuestro arribo, así nos lo había informado un amigo, guía y pescador con quien nos encontráramos a nuestro regreso. Dejamos atrás lo que sería un sueño sin cumplir, dorados con moscas secas en un ambiente tan lindo como el Rio Dorado, el arsenal de secas que nunca usamos quedara a la espera de alguna otra oportunidad que quizás con un poco más de suerte podamos realizar esa pesca tan fina y linda con la que habíamos soñado.

Era el mediodía del jueves y ya estábamos nuevamente en zona de pesca, tras acomodar todo y armar nuevamente campamento es que nos dirigimos hacia la cabecera de uno de los primeros pozos que posee ese tramo del Juramento, líneas de flote y shootings de hundimiento, día nublado y moscas oscuras, también había una clarita para romper con la regla por si acaso. Barrimos todo ese tramo durante tres a cuatro horas y nada, serian aproximadamente unos 400 metros de corredera impecables, la tentación de seguir todo el dia haciendo intentos era grande pero ahí nomás Gustavo nos indica que desarmemos los equipos al medio porque nos dirigiríamos a un pozo bastante más alejado al cual deberíamos llegar atravesando sendas entramadas de monte.

Llegamos a una nueva corredera, larga y profunda, del lado de enfrente salían aguas de una laguna donde el dorado aprovecha para apostarse esperando la comida, también otra laguna cierra la corredera aguas abajo, luego de algunas explicaciones Gustavo nos invita a comenzar la pesca de las últimas horas en ese prometedor lugar. Primero entro Ariel con floating #6 y una mosquita negra, cuelga el tiro largo y tras metros de deriva logra el primer pique certero, el dorado salto mostrando todo su esplendor, que pez tan increíblemente hermoso, verlo fue una nos cargó de ganas y energías para seguir pescando tiro tras tiro hasta que llegara el ocaso. Ariel hace el segundo tiro al mismo lugar y logra otro pique, esta vez sin tocar el anzuelo, atrás de él entro Vicky con shooting de hundimiento, buscando la chancha al fondo con una buena mamacha y por ultimo al final de la pasada entre yo, con mi clásica mosca Dorado Spey Intruder, un diseño pensado para llegar lejos a cada tiro, colocado la mosca en el lugar donde el tigre espera. Esta mosca tiene la particularidad de un cuerpo parejo, logrado con fibras de pluma de Spey, dos collares con dos rampas de pluma para sostener el volumen en la correntada, se la trabaja un tanto aguas abajo dejándola que se accione sola por presión de agua, el secreto está en aflojarla varias veces en la deriva, esto se logra con un doble mend aguas arriba que llegue hasta la mosca, cambiando la dirección de su trayectoria con la nariz aguas abajo para llevarla aguas arriba, aflojando la natación e invitando al ataque, NO FALLA. Esto lo descubrí tras cientos de horas de pescar dorados en superficie, en pequeños arroyos cercanos, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes poseen cientos de cauces para ser redescubiertos por la pesca con mosca, salir de aventura y dejar que el rio te enseñe es el mejor camino para convertirse en un mejor pescador.

Volviendo a Salta, esa tarde en la bajada de 300 metros, aplicando todo lo explicado en líneas anteriores es que logre dos doraditos lindos, medianos pero muy combativos, bien sanos con una pigmentación increíble, lo más lindo, una cola grande y sana, llena de colores, algunas fotos y al agua. De vuelta al campamento Gustavo preparo una cena más liviana, unas tartas que había traído en la conservadora fueron calentadas en plancheta, que ricas, ideales para reponer energía.

Amanece fresco, armo un fueguito que me anime para quedarme atando unas moscas, los chicos se fueron levantando y luego de un buen desayuno y media docena de moscas negras dimos comienzo a nuestro segundo día de pesca en el Juramento, Ariel y yo seguíamos con flote y moscas negras, Vicky seguía buscando ESE dorado en la oscuridad de las profundidades y mientras tanto seguía perfeccionando su manejo del Shooting, dicho sea de paso, nada simple, para quienes quieran encarar jornadas de pesca con esta configuración de hundimiento les recomiendo, practica y mucha! Pasaba la mañana y la corredera del campamento otra vez había sido barrida correctamente por los tres, habían pasado dos balsas con pescadores arrojando señuelos a todos los puntos calientes, pero al menos hasta donde nos daba la vista no habían logrado pique alguno. Ariel y Vicky aflojaron un poco para darle una mano a Gustavo que había comenzado con los preparativos del almuerzo, yo por el contrario seguí haciendo unos intentos más hasta que se terminara la corredera, es larga y la tentación es grande, parece imposible que allí no haya un dorado, alguno tengo que sacar pensé, testarudo pero siempre con fe, seguí tiro tras tiro, así fue que luego de meter uno de esos tiros jugados debajo de unas ramas parece que desprendí a un lindo ejemplar de su lugar de acecho para que comenzara a perseguir mi mosca, en la mitad de la deriva hago mi técnica infalible de doble mend y lo engaño, SIIIII!!!!! Que linda sensación, una hermosa pelea, llame a los chicos para que me asistieran con la cámara, fotos, alegría y dorado al agua.

Vuelta al campamento, almorzamos unos tremendos sándwiches de lomito, únicos, no hay cadena de comidas rápida en el planeta que pudiese mejorar esos bocados divinos. Luego de la digestión los Ariel decidió hacer una siestita debajo de los arboles costeros y Gustavo parecía que seguiría los mismos pasos hasta que junto con Vicky le extendimos la invitación de seguirnos aguas abajo a pescar la corredera de las lagunas, así arrancamos los tres y pescamos toda la tarde varias correderas aguas abajo hasta llegar al punto elegido, ni bien entramos a ese lugar logro un pique que arranca todas las plumas del anzuelo, QUE PIQUE. Pero sin la suerte de captura. Pasaron uno minutos más y comenzaron a llegar pescadores lugareños, uno tras otro, el rio en cuestión de una hora se llenó, nos rodeaban, aguas arriba, aguas abajo, en la costa de enfrente y pasando detrás de nuestras espaldas, muchos, tantos que decidimos juntar líneas y volver al campamento. Llegamos y Ariel estaba recorriendo la corredera con sus moscas, atrás de él entro Vicky y luego yo, pasamos el resto del día haciendo todo lo posible por conectar otro Dorado pero no fue posible, solo Ariel quedo al final de la pasada y cuando regreso nos contó que había capturado uno lindo pero casi sin luz y muy alejado decidió devolverlo sin fotos! Gracias Juramento, nos despedimos así de un maravilloso cauce que posee muchos tesoros dispuestos allí para quienes tengan la paciencia, el conocimiento y también la suerte de poder pescarlos.

El sábado muy temprano desarmamos campamento y volvimos rápidamente a salta, pasamos por casa de Gustavo para asearnos correctamente y de allí directo al su Fly Shop para despedir tan lindo viaje atando moscas con sus clientes, con amigos, con nueva gente que la pesca con mosca siempre nos presenta. Paso la tarde, la pasamos de diez, atando moscas, contándonos anécdotas de pesca planificando nuevas aventuras. De ahí nomás al aeropuerto y de regreso a casa con un vuelo un poco movidito pero que apenas duro unos segundos, ya que Ariel, Vicky y yo no paramos de hablar todo el viaje. Así es, que rápido se pasa el tiempo cuando uno lo pasa bien, rodeado de buena gente. La pesca no salió como lo habíamos esperado, pero todo lo demás nos sorprendió en demasía, muy para bien, demasiado. Gracias Salta, gracias Gustavo y Ricky y gracias a todos los que se tomaron el tiempo de venir a visitarnos, gente no solo de Salta sino que de varias provincias aledañas, realmente agradecidos con todos ustedes por hacer todo esto posible!

Hasta la próxima.

 

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