Por Vicky Ahumada
Los chicos de LMD nos invitan a Roberto Galbarini y a mí a probar la pesca de las marrones de Patagonia norte. Imposible decir que no. Una buena oportunidad para probar equipos, técnicas, patrones nuevos y la gran chance de dar con uno de esos tantos trofeos que este tramo del río posee. Una semana para adaptarme a tantas cosas nuevas.
Llegamos a Neuquén por la tarde. En el aeropuerto nos estaban esperando Fabián Espinoza y Omar Gómez. De inmediato continuamos viaje. Alas dos horas, aproximadamente,llegamos al camping del Negrín Figueroa situado enPicúnLeufù a 142 kilómetrosdel citado aeropuerto.Este camping tiene todo lo necesario para los pescadores, hasta una torre a la cual podemos subir para conseguir señal en nuestros dispositivos electrónicos, parrillas, leña, lugar de acampe sectorizado, servicio de traslado con embarcación propia del lugar y bajada de lancha. Para reservar con tiempo hay dos dormis, con hogar a leña y baño compartido. Es un lugar un tanto rústico, pero en definitiva se constituye en lo que buscamos casi todos al salir de la ciudad: tranquilidad y desconexión. Además, en este lugar todos los años se reúnen pescadores de todas partes, dándonos la posibilidad de generar nuevas amistades.
Recién llegados nos reciben Pablo Blasco, experimentado pescador del Limay (del grupo LMD), César Castillo y Negrín Figueroa. Mientras los chicos nos contaban todo con respecto al río y sus mañas, Fabián y Omar estaban preparando una cena suculenta y bien calórica para así poder pasar el frío nocturno que ya se había hecho sentir desde el ocaso.En los días siguientes hablamos de todo, aprendiendo sobre equipos apropiados, técnicas de pesca, moscas y tantas otras cosas, como tener un buen desayuno de campeones para afrontar los mil tiros del día.
En esta salida usamos caña de una una mano #8 con shooting #9 o #10, y Amnesia (Sunset) del 20, como máximo, que nos permite lograr gran distancia y que el shooting trabaje a la profundidad correcta. El uso de uno o dos números de línea mayor a la caña se debe a una técnica que conocimos de la mano de Pablo Blasco, el One Cast. Consiste en tener bien ordenados todos los lazos de Amnesia para hacer solo un backcast y, luego, el forward cast a toda potencia, con técnica claro, para lograr tiros de 35 a 40 metros, aproximadamente (a practicar a la plaza). Este tiro es muy importante porque cubre mayor cantidad de pasadas en el día, o sea que estará más tiempo la mosca en la zona caliente.El uso del leader apropiado, como todo, tiene su papel importante en este juego: uno de cinco pies, aproximadamente, un metro y medio, nos ayudará a que la mosca caiga lo más extendida posible, siempre estando en conexión con el resto del sistema. Exige ver cómo cae la mosca. Si llega a caer desordenada o sin conexión, de inmediato debemos levantar la puntera de manera progresiva y enérgica para arrastrar un poco el shotting,cuando todavía está en la superficie, y así acomodar Amnesia, shooting, leader y mosca para que entre navegando y haciendo una buena pasada,o sea, pescando.
Hay una gran diferencia entre estar pescando y estar practicando casteo. Para tentar a las grandes y astutas marrones hay que lograr que nuestra mosca trabaje de manera correcta. Lo importante es identificar el canal y tratar de llegar con un tiro que lo cruce, aproximadamente, a 30 grados aguas abajo para que, al acomodar la línea, la mosca entre cruzando el canal, navegando de cabeza aguas arriba y arrastrada por la correntada parcialmente aguas abajo.
La geografía del lugar asombra. Hay tantos lugares donde hacer nuestros sueños realidad que uno no sabe por dónde empezar.
La desembocadura del Limay medio se divide en cuatro brazos principales:el del Camping del Negrín, que se lo puede encarar a pie sin ningún problema;el Macho o brazo principal,al que se puede llegar con el servicio de traslado, simplemente cruzando el brazo del camping para arribar luego de media hora a buen ritmo de caminata; el brazo Escondido y el brazo de Burgos, que se encuentran más allá del Macho.
No hay uno mejor que otro. En todos tenemos grandes posibilidades. La pesca puede hacerse de embarcado. Hay que tener cuidado por dónde se navega, porque la altura del río oscila cerca de medio metro todos los días). Se debe contar con todos los elementos de seguridad y ser prudentes, pues el agua corre rápido y está muy fría.
La pesca desde embarcación requiere un conductor muy atento a los diferentes accidentes fluviales para ir llevando la pasada de manera prudente, mientras los pescadores van haciendo sus intentos hacia los diferentes puntos estratégicos, donde las truchas están al acecho de sus presas. Es algo único ver a estos increíbles peces haciendo cacerías de pejerreyes, un show realmente imperdible.
Para llegar a los brazos más alejados hay que salir por el lago y pegar toda una vuelta para entrar por las desembocaduras. Se puede poner un tanto peligroso, si no se conocen los diferentes canales. Con el lago alto no hay problema, pues se pasa por cualquier lado; con el lago bajo, es otro cantar y resulta mejor contar con la presencia de un baquiano.
La pesca de a pie o al vadeo se puede hacer en el brazo del Negrín o en el brazo Macho, donde se accede a excelentes pesqueros. Hay que llegar al Limay medio en buen estado físico, al menos lo suficientemente bien como para poder caminar mucho y disfrutar de jornadas de pesca únicas. La vestimenta es muy importante: primera piel, medias térmicas, camiseta, abrigos técnicos y campera de vadeo. Es necesario dejar un espacio extra en la mochila para poder guardar la ropa que nos iremos sacando en el transcurso del día: las horas de caminata y el sol alto hacen que sintamos un poco más de calor que a la mañana cuando salimos abrigados y con mucho frío.
En la mochila, debemos llevar spools, tippets, moscas, y otros implementos de ayuda a la pesca, más una viandita y algo extra para tomar, si quieren. La gente local bebe agua del río sin problemas. Para encarar bien la pesca de a pie es necesario saber leer el río y contar con unos buenos lentes polarizados para divisar a los peces correctamente.
Debemos caminar siempre con la vista puesta en el río para estar atentos ante cualquier señal de actividad: lascacerías de pejerreyes son comunes en las correntadas, detrás de los árboles semisumergidos, en playones costeros, etc. También las truchas pueden estar en búsqueda de peces que comen insectos.
Si bien la gran congregación de pescadores que llegan todos los años a este tramo del Limay, van en búsqueda de las grandes marrones, pueden darse el gusto de capturar una buena variedad de especies, como las truchas arco iris, percas y grandes pejerreyes patagónicos. Les aconsejo llevar equipos livianos para hacer una pesca diferente, a ninfas, emergentes y secas: la satisfacción con todos estos peces es muy gratificante. A principio de temporada es muy factible dar con cardúmenes de pejerreyes apostados en las diferentes correderas alimentándose de insectos. Capturas de pejerreyes de hasta un kilo, y a veces más, no son raras. Un promedio de medio kilo de pejerrey en el extremo de un equipo #3, uno tras otro, es algo que seguramente los hará divertir mucho. Para esta época las arco iris recién salidas del período de desove están flacas y hambrientas. Por lo tanto, dar con ellas no será de gran dificultad, ya que seguramente estarán dispuestas a tomar casi cualquier engaño que les presentemos.
Las percas salen entreveradas en la búsqueda de otras especies, ya que, pobres, nadie las quiere y, cuando se prenden, es casi una molestia para los pescadores. Pero siempre es mejor un pez en la línea que una mosca volando. Las marrones, chicas, medianas y grandes, son el tesoro más buscado del pesquero y siempre están disponibles para los pescadores más y mejor preparados. Hacer bien la tarea da sus frutos y créanme que hay mucho para aprender en materia de las grandes marrones del Limay. Por eso son un trofeo, ya que resultan difíciles de tentar. Pueden darse en cualquier momento de la temporada, pero dicen los baquianos que es mejor buscarlas a partir de marzo hasta el cierre.
Llegamos al final de la línea, las moscas y algunas generalidades, muy livianas, tubos, en tándem, articuladas, clásicas, intruders, brillo dorado, colores oliva, grises, negro, blanco, combinaciones de oliva con naranja, etc. Materiales: conejo, blend fibers, shadow minnow, ojitos 3d, craft fur, flashabou, marabou, spey feathers entre otros.
Para estas pescas se utilizan WoollyBuggers, e imitaciones debagrecitos y alevinos de pejerrey. Si prestamos atención abundan estos últimos y, por eso, hay que llevar varios tamaños de moscas y que imiten muy bien a esta especie. Siempre está bueno dedicar tiempo a buscar qué es lo que nada en el agua para ayudarnos a saber qué mosca poner. Pablo me enseñóa atar un modelo de bagrecito muy efectivo, que podrán ver enFeathersnflies T.V. En este mismo canal podrán verotro estilo de bagre, que desarrolló Roberto y funcionó de maravillas.
Con respecto al shootingy su peso pesado es importante saber que se deben hacer la menor cantidad de movimientos. Por ejemplo: la mosca esta río abajo a nuestra altura, hacemos un roll cast hacia la misma dirección para sacarla del agua y cuando la línea se apoya realizamos un levante y tendido para acomodar el ángulo de tiro, recién ahí levantamos la línea para hacer un backcast controlado y nos preparamos para el tiro hacia delante. Enlas derivas o pasadas se puede dejar la línea viajando sola con la presión de la correntada o también se le puede ir imprimiendo pequeños movimientos con la puntera para darle un toque extra de vida a la mosca. Dicen que las marrones están en lo más profundo y ya saliendo de la zona caliente, casi llegando a 90 grados, frecuentan máslas arco iris. Si la mosca trabaja bien podemos tener pique en cualquier momento, incluso, cuando estamos por hacer el primer roll cast para armar un nuevo tiro.
Fue mi primera experiencia con shooting y Amnesiay lo aprendí gracias a los consejos de los chicos y viendo los lanzamientos estupendos y ligeros de Pablo, que me incentivaban a seguir, ya que yo pensaba que, si él podía, yo también. Tal vez si hubiera sabido esto antes de emprender el viaje y hubiese practicar en el pasto un rato, sin duda, el 80% de mis tiros no habrían sido tan malos. Pero así se aprende, del error,y estar ahí me enseñó muchísimo. Pablo me marcaba, cuando era necesario, mis errores y me mostraba lo fácil que es el tiro, ya que solo se trata de técnica. Pude apreciar los pintorescos paisajes, las perfectas capturas y devoluciones de las grandes marrones, todo tipo de técnicas para esa pesca y, lo mejor de todo, la amistad y los buenos momentos que pasamos como equipo.
El río Limay deja una puerta abierta para que regrese a disfrutar de lo fascinante que es, para seguir descubriendo más de sus tantos secretos y disfrutando de los tantos regalos que tiene para cada uno de nosotros. Me dio nuevos conocimientos y herramientas para poder afrontar sus desafíos. Es muy probable que, con estos conocimientos, entrenamiento y algo extra de esfuerzo, logre dar con ese trofeo,muy a pesar del castigo que recibe por parte de los furtivos y algunos pescadores antideportivos.
Gracias a todas las personas que compartieron su información, tiempo y disposición conmigo. Espero sea de gran utilidad para los futuros pescadores que quieran conocer este bellísimo tramo del río Limay.
hasta la próxima!